TESOROS DE LA BIBLIA
Sl 145:1-9. La grandeza de Jehová no tiene límites (w04 15/1 pág. 10
Aunque era el rey nombrado por Dios, David consideraba que el auténtico Rey de Israel era Jehová, por lo que declaró: “Tuyo es el reino, oh Jehová, Aquel que también te alzas como cabeza sobre todo” (1 Crónicas 29:11). ¡Y cuánto apreciaba David la gobernación divina! “Te ensalzaré, oh mi Dios el Rey —cantó—, y ciertamente bendeciré tu nombre hasta tiempo indefinido, aun para siempre. Todo el día te bendeciré, sí, y ciertamente alabaré tu nombre hasta tiempo indefinido, aun para siempre.” (Salmo 145:1, 2.) David deseaba alabar a Jehová Dios todo el día y por toda la eternidad
El Salmo 145 proporciona una contundente respuesta a la alegación de Satanás de que Dios es un gobernante egoísta que priva de libertad a sus criaturas (Génesis 3:1-5). Asimismo, dicho salmo denuncia la mentira satánica de que quien sirve a Dios lo hace por lo que pueda obtener de él y no porque lo ame (Job 1:9-11; 2:4, 5). Al igual que David, los cristianos verdaderos de hoy están refutando las acusaciones falsas del Diablo. Valoran enormemente su esperanza de vivir para siempre bajo el Reino, ya que su deseo es alabar a Jehová por toda la eternidad. De hecho, ya se cuentan por millones los que han comenzado a hacerlo, pues han puesto fe en el sacrificio redentor de Jesús y se han hecho adoradores de Jehová dedicados y bautizados, que le obedecen y le sirven por amor (Romanos 5:8; 1 Juan 5:3).
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En Salmo 145:3 se subraya un poderoso motivo para alabar a Jehová. David cantó: “Jehová es grande y ha de ser alabado en gran manera, y su grandeza es inescrutable”. La grandeza de Jehová es insondable, no tiene límites. Los seres humanos no podemos escrutarla, abarcarla ni medirla completamente. Trate de recordar una ocasión en la que, alejado de las luces de la ciudad, alzó la vista a un despejado cielo nocturno. ¿No se maravilló al contemplar la multitud de estrellas que relumbraban en la negrura del espacio? ¿No se sintió impulsado a alabar a Jehová por su grandeza al crear todos esos cuerpos celestes? Sin embargo, lo que vio no es más que una fracción diminuta de las estrellas de la galaxia en que se halla el planeta Tierra. Y se calcula que hay más de cien mil millones de galaxias, de las cuales solo tres pueden verse sin telescopio. Realmente, las innumerables estrellas y galaxias que componen el vasto universo atestiguan el poder creador de Jehová y su inescrutable grandeza (Isaías 40:26).
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Como hemos notado, los primeros seis versículos del Salmo 145 aportan sólidas razones para alabar a Jehová por las diversas facetas de su inescrutable grandeza. Seguidamente, los versículos 7 a 9 ensalzan la grandeza de sus cualidades morales. David canta estas palabras: “Rebosarán con la mención de la abundancia de tu bondad, y a causa de tu justicia clamarán gozosamente. Jehová es benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y grande en bondad amorosa. Jehová es bueno para con todos, y sus misericordias están sobre todas sus obras”.
David resalta primero la bondad y la justicia de Jehová, cualidades que Satanás puso en entredicho. ¿Qué efecto tienen estos atributos en todos los que aman a Dios y se someten a su soberanía? En realidad, la bondad de Jehová y la justicia con que gobierna generan tanto gozo en sus adoradores que es como si continuamente ‘rebosaran’ en alabanzas a él. Por otra parte, Jehová manifiesta su bondad “para con todos”, de modo que esperamos que muchos más se arrepientan y lleguen a ser adoradores del Dios verdadero antes de que sea tarde (Hechos 14:15-17)
Jehová manifiesta su amor por sus verdaderos adoradores de un modo inestimable y duradero. La palabra hebrea que denota este tipo de amor se traduce “bondad amorosa” o “amor leal”. El rey David, del antiguo Israel, valoraba mucho esta cualidad divina. Tanto por experiencia propia como por meditar en la forma en que Dios trata a sus criaturas, pudo cantar con confianza: “Jehová es [...] grande en bondad amorosa [o amor leal]” (Salmo 145:8).
Sl 145:10-13. Los siervos leales de Jehová lo alaban (w04 15/1 pág. 16 párrs. 3-6).
Ana, la madre del profeta Samuel, dijo respecto a Jehová Dios: “Él guarda los pies de sus leales” (1 Samuel 2:9). ¿Quiénes son esos “leales”? El rey David da la respuesta cuando, tras ensalzar las maravillosas cualidades de Jehová, declara: “Los que te son leales te bendecirán” (Salmo 145:10). Quizá nos preguntemos cómo pueden los seres humanos bendecir a Dios. Pues bien, principalmente alabándolo y hablando bien de él.
4 Los leales de Jehová son las personas que lo elogian con su boca. ¿De qué tema hablan con frecuencia en sus conversaciones y en las reuniones cristianas? Del Reino de Dios. Los siervos leales de Jehová comparten los sentimientos de David, quien cantó: “Dirán de la gloria de tu gobernación real [la de Jehová], y hablarán de tu poderío” (Salmo 145:11).
¿Escucha Jehová a sus leales cuando estos lo alaban? Por supuesto que sí; él presta atención a sus palabras. En una profecía relacionada con la adoración verdadera en nuestros días, Malaquías escribió: “En aquel tiempo los que estaban en temor de Jehová hablaron unos con otros, cada uno con su compañero, y Jehová siguió prestando atención y escuchando. Y un libro de recuerdo empezó a ser escrito delante de él para los que estaban en temor de Jehová y para los que pensaban en su nombre” (Malaquías 3:16). Jehová se complace muchísimo cuando sus leales lo elogian, y él los recuerda.
Otra característica distintiva de los siervos leales de Jehová es su valor e iniciativa al hablar a quienes no adoran al Dios verdadero. De hecho, los leales de Dios se ocupan en “dar a conocer a los hijos de los hombres los actos poderosos de él y la gloria del esplendor de su gobernación real” (Salmo 145:12). ¿Busca y aprovecha usted todas las oportunidades de hablar con extraños sobre la gobernación real de Jehová? En contraste con los gobiernos humanos, que pronto dejarán de existir, Su gobernación real es eterna (1 Timoteo 1:17). Por tanto, es urgente que las personas sepan de ella y se pongan de su lado para apoyarla. “Tu gobernación real es gobernación real para todos los tiempos indefinidos, y tu dominio dura por todas las generaciones sucesivas”, cantó David (Salmo 145:13).
Sl 145:14-16. Jehová cuida y apoya a sus siervos leales (w04 15/1 págs. 17, 18 párrs. 10-14).
“Jehová está sosteniendo a todos los que van cayendo, y está levantando a todos los que están encorvados” (Salmo 145:14). Los leales de Jehová Dios afrontan muchas pruebas y calamidades, tanto por su propia imperfección como porque viven en este mundo que yace en el poder de Satanás, el “inicuo” (1 Juan 5:19; Salmo 34:19). Los cristianos sufren persecución y, en el caso de algunos, enfermedades crónicas o la pérdida de un ser querido. A veces cometen errores que los dejan abatidos, “encorvados”. No obstante, sin importar las pruebas que les sobrevengan, Jehová siempre está dispuesto a consolar y dar fortaleza espiritual a cada uno de ellos. Y el Rey Jesucristo siente el mismo interés amoroso por sus súbditos leales (Salmo 72:12-14).
En su gran bondad amorosa, Jehová cubre todas las necesidades de sus siervos, como la de estar bien nutridos. El rey David escribió: “A ti [Jehová] miran con esperanza los ojos de todos, y estás dándoles su alimento a su tiempo. Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente” (Salmo 145:15, 16). Aun en tiempos de calamidad, Jehová puede hacer que sus leales tengan el “pan para el día” (Lucas 11:3;12:29, 30).
David mencionó que “toda cosa viviente” queda satisfecha, lo que incluye a los animales. Si no fuera por la abundante vegetación de la tierra seca y por las plantas marinas, ni las criaturas acuáticas ni los pájaros ni los animales terrestres tendrían oxígeno para respirar ni alimento que comer (Salmo 104:14). Pero Jehová se encarga de satisfacer todas sus necesidades.
A diferencia de los animales, los seres humanos tienen una necesidad espiritual (Mateo 5:3). ¡Y qué maravillosamente satisface Jehová las necesidades espirituales de sus leales! Jesús prometió antes de morir que “el esclavo fiel y discreto” daría a sus discípulos “alimento al tiempo apropiado” (Mateo 24:45). Los restantes de los 144.000 ungidos componen hoy la clase del esclavo, y Jehová realmente ha proporcionado a través de ellos alimento espiritual en abundancia.
Busquemos perlas escondidas
Sl 143:8. ¿Cómo nos ayuda este versículo a vivir todos los días para la gloria de Dios? (w10 15/1 pág. 21 párrs. 1, 2).
“POR la mañana hazme oír tu bondad amorosa [...]. Dame a conocer el camino en que debo andar”, suplicó el salmista David en oración (Sal. 143:8). Seguro que al despertar cada mañana y darle gracias a Jehová por otro día más de vida, usted también le pide, al igual que David, que lo ayude a tomar decisiones y actuar de la mejor manera.
“Sea que est[emos] comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa”, los cristianos dedicados nos esforzamos por “ha[cer] todas las cosas para la gloria de Dios” (1 Cor. 10:31). Sabemos que en nuestra vida diaria podemos honrar o deshonrar a Jehová. También tenemos presente que, según la Biblia, Satanás está acusando “día y noche” a los hermanos de Cristo y, de hecho, a todos los siervos de Dios en la Tierra (Rev. 12:10). Por lo tanto, estamos resueltos a desmentir las difamaciones del Diablo y a regocijar el corazón de Jehová rindiéndole servicio sagrado “día y noche” (Rev. 7:15; Pro. 27:11).
Sl 150:6. ¿Qué obligación destaca el último versículo del libro de los Salmos? (it-1 pág. 361, párr. 5).
Aparte de su función como entrada al aparato digestivo, Dios también diseñó la boca para el don del habla, por lo que esta siempre debería redundar en alabanza al Creador. (Sl 34:1; 51:15; 71:8; 145:21.) El salmista dijo que toda cosa que respiraba alabaría a Jehová, de modo que los seres humanos deben usar su boca en este sentido si desean vivir. El apóstol Pablo explicó que no era suficiente la fe en Dios y en su Hijo, aunque se ejerciera con el corazón, sino que tenía que ir acompañada de declaración pública para conseguir la salvación. (Sl 150:6; Ro 10:10.)
¿Qué me enseña sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana?
---<David, quien antes de ser rey de Israel le dijo a Jehová: “Tú eres [...] la parte que me corresponde en la tierra de los vivientes” (léase Salmo 142:1, 5). Cuando compuso este salmo, David no se encontraba en un palacio ni una casa, sino en una cueva, donde se ocultaba de sus enemigos. Durante su vida, se escondió al menos dos veces en cuevas, una cerca de la ciudad de Adulam y otra en el desierto de En-guedí. Por tanto, es posible que fuera en una de ellas donde escribió el Salmo 142.
Recordemos que quien lo perseguía para matarlo era nada menos que el rey Saúl. Huyendo de él, David se introdujo en una cueva de difícil acceso (1 Sam. 22:1, 4). En aquel apartado lugar, viéndose solo y sin amigos que lo defendieran, acudió a Dios como su Protector (Sal. 142:4).
David oró a Dios de todo corazón y buscó su guía con fe. Nosotros disponemos hoy de la misma ayuda. Si aceptamos a Jehová como herencia y refugio nuestro, también nos ayudará a servirle con toda el alma.
--<Salmo 142:3-7 David se sintio completamente solo con sus problemas, como si estuviera en un calabozo oscuro y peligroso, sin ser comprendido, y separado de todos los humanos. Cuando sentimos algo similar y pensamos que nuestra *derecha* esta expuesta a ataque, con confianza podemos dirigirnos a jehova pidiéndole su ayuda.
Salmo 148:4 Aparentemente el salmista se refirió a las nubes que portan agua sobre la tierra para descargarla de vez en cuando en la forma de lluvia, la cual con el tiempo corre de regreso a los océanos. Este ciclo es esencial para la vida y su propia existencia alaba al creador. Esta hermosa hazaña de nuestro creador nos da la garantía tal como lo dice Isaias 55:10,11 {así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado.}
Salmo 147:4 dice: “Está contando el número de las estrellas”. ¿Cuántas son? No es fácil contestar esta pregunta. Según ciertos astrónomos, solo en nuestra galaxia, la Vía Láctea, hay más de cien mil millones.* Pero existen muchas más galaxias, que con frecuencia contienen cantidades aún mayores. ¿Cuántas galaxias hay? Los cálculos de los astrónomos oscilan entre cincuenta mil millones y ciento veinticinco mil millones. Así pues, el hombre ni siquiera puede determinar su cifra exacta, y mucho menos cuántos miles de millones de estrellas albergan. Jehová, en cambio, sí lo sabe y, lo que es más, da nombre a cada una de ellas.
Pensemos en cuánto tiempo tardaría una persona en contar solo 100.000 millones de estrellas: a un ritmo de una por segundo, las veinticuatro horas del día, le tomaría tres mil ciento setenta y un años.
Es evidente que JEHOVA ESTA AL TANTO DE TODO CUANTO HAY Y EXISTE EN EL UNIVERSO Y SEGUROS ESTAMOS DE QUE ESTA AL TANTO DE HASTA NUESTROS MAS ÍNTIMOS SENTIMIENTOS Y PENSAMIENTOS ,
¿Qué ideas de la lectura bíblica de esta semana pueden servirme en la predicación?
En Salmo 148:8 se lee: “Fuego y granizo, nieve y humo espeso, viento borrascoso que realizas su palabra”.
“Montañas y colinas todas, árboles frutales y cedros todos”, menciona Salmo 148:9.
“Animales salvajes y animales domésticos todos, cosas que se arrastran y pájaros alados”, dice Salmo 148:10
A diferencia de la creación inanimada, que le da gloria en silencio, los seres humanos estamos dotados de la capacidad de razonar, comprender, agradecer y adorar . La mayoría de la humanidad no quiere reconocer a Dios ni glorificarlo. Sin embargo, hoy nosotros podemos demostrar que se ven Sus “cualidades invisibles” por las cosas hechas y que se ha ‘oído’ el testimonio mudo de la creación (Romanos 1:20; Salmo 19:2, 3). Gracias al estudio de la Biblia,pudimos llegar ha conocer a nuestro creador y podemos ayudar a otros asimismo a conocer y amar a Jehová.
Sí, la creación declara la gloria de Dios. Desde los cielos estrellados hasta las plantas y los animales, todos ensalzan de alguna manera al Creador. Pero ¿y nosotros los seres humanos? ¿Cómo podemos unirnos a la naturaleza en cantar alabanzas a Dios?
Salmo 147:4 dice: “Está contando el número de las estrellas”. ¿Cuántas son? No es fácil contestar esta pregunta. Según ciertos astrónomos, solo en nuestra galaxia, la Vía Láctea, hay más de cien mil millones.* Pero existen muchas más galaxias, que con frecuencia contienen cantidades aún mayores. ¿Cuántas galaxias hay? Los cálculos de los astrónomos oscilan entre cincuenta mil millones y ciento veinticinco mil millones. Así pues, el hombre ni siquiera puede determinar su cifra exacta, y mucho menos cuántos miles de millones de estrellas albergan. Jehová, en cambio, sí lo sabe y, lo que es más, da nombre a cada una de ellas.
Pensemos en cuánto tiempo tardaría una persona en contar solo 100.000 millones de estrellas: a un ritmo de una por segundo, las veinticuatro horas del día, le tomaría tres mil ciento setenta y un años.
Es evidente que JEHOVA ESTA AL TANTO DE TODO CUANTO HAY Y EXISTE EN EL UNIVERSO Y SEGUROS ESTAMOS DE QUE ESTA AL TANTO DE HASTA NUESTROS MAS ÍNTIMOS SENTIMIENTOS Y PENSAMIENTOS ,
¿Qué ideas de la lectura bíblica de esta semana pueden servirme en la predicación?
En Salmo 148:8 se lee: “Fuego y granizo, nieve y humo espeso, viento borrascoso que realizas su palabra”.
“Montañas y colinas todas, árboles frutales y cedros todos”, menciona Salmo 148:9.
“Animales salvajes y animales domésticos todos, cosas que se arrastran y pájaros alados”, dice Salmo 148:10
A diferencia de la creación inanimada, que le da gloria en silencio, los seres humanos estamos dotados de la capacidad de razonar, comprender, agradecer y adorar . La mayoría de la humanidad no quiere reconocer a Dios ni glorificarlo. Sin embargo, hoy nosotros podemos demostrar que se ven Sus “cualidades invisibles” por las cosas hechas y que se ha ‘oído’ el testimonio mudo de la creación (Romanos 1:20; Salmo 19:2, 3). Gracias al estudio de la Biblia,pudimos llegar ha conocer a nuestro creador y podemos ayudar a otros asimismo a conocer y amar a Jehová.
Sí, la creación declara la gloria de Dios. Desde los cielos estrellados hasta las plantas y los animales, todos ensalzan de alguna manera al Creador. Pero ¿y nosotros los seres humanos? ¿Cómo podemos unirnos a la naturaleza en cantar alabanzas a Dios?
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