Viernes 26 de febrero
Lo que obro no lo sé. Porque lo que deseo, esto no lo practico; sino que lo que odio es lo que hago (Rom. 7:15).
Satanás sabe que tenemos malas
inclinaciones. Cuando se aprovecha de ellas para atacarnos, seguir
fieles a Jehová se convierte en un enorme desafío (Juan 8:44-47).
Pensemos en una persona que, por estar tan absorta en el placer del
momento, acabó haciendo algo que nunca creyó que haría. ¿Cómo llegó a
esa triste situación? Es probable que, poco a poco, su corazón se
volviera menos sensible a la voz de Jehová. Una de dos: o bien no se dio
cuenta de las señales que le advertían lo que estaba pasando, o bien
decidió pasarlas por alto. Por ejemplo, quizás dejó de orar, ya
no predicaba tanto como antes o empezó a perderse reuniones. Con el
tiempo, su deseo pudo más y la llevó a hacer algo que sabía que estaba
mal. ¿Cómo podemos nosotros evitar ese terrible error? Estando atentos a
cualquier señal de advertencia y haciendo rápidamente los cambios
necesarios. w14 15/8 4:8
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ResponderEliminarLa “ley” del pecado obra continuamente en nuetros miembros, intentando controlar nuestro proceder, y hacernos esclvos, a fin de romper nuestra relacion con JEHOVA y nuestra conducta no este en armonía con Dios. (Ro 7:15, 17, 18, 20-23; Ef 2:1-3.)
ResponderEliminarEl pecado puede dictar sus ‘órdenes’ de maneras muy diversas a personas de distintos antecedentes y en momentos diferentes. Por eso la lucha continua de todo cristiano..... Pero nuestro amor a Dios debe ser mayor que nuestros deseos egoistas.