Sl 79:9. ¿Qué aprendemos sobre nuestras oraciones en este versículo? (w06 15/7 pág. 12 párr. 5).
Jehová escucha nuestras oraciones, y más aún cuando están relacionadas con la santificación de su nombre.
Sl 86:5. ¿En qué sentido está Jehová “listo para perdonar”? (w06 15/7 pág. 12 párr. 9).
¡Cuánto agradecemos que Jehová esté “listo para
perdonar”! Él siempre busca cualquier razón para mostrar misericordia al
pecador arrepentido.
Salmo 86:5
dice: “Jehová, eres bueno y estás listo para perdonar”. En la versión
griega de este pasaje se tradujo la expresión “listo para perdonar” con
el término e·pi·ei·kés (“razonable”).
Aunque David sabía lo abrumadora que es una conciencia culpable, halló
consuelo para su atribulado corazón. Comprendía que Dios odia el pecado,
pero no al pecador que lamenta sinceramente su mala conducta y la
rechaza. Por ello, con total confianza en la disposición divina a
apiadarse del arrepentido, exclamó: “Tú, oh Jehová, [...] estás listo
para perdonar” (Salmo 86:5).
Jehová sabe que, por mucho que deseemos obedecerle, no lograremos hacerlo a la perfección. En muestra de amor, nos asegura que nos perdonará si imploramos su misericordia con arrepentimiento sincero. Salmo 51:17
dice: “Los sacrificios para Dios son un espíritu quebrantado; un
corazón quebrantado y aplastado, oh Dios, no lo despreciarás”. No, nunca
rechazará un corazón “quebrantado y aplastado” por la carga de la
culpabilidad.
Perdonar es una faceta de su inmenso amor, y él nos asegura en su
Palabra que está dispuesto a hacerlo siempre que demostremos
arrepentimiento verdadero (Proverbios 28:13).
El verbo hebreo para ‘perdonar’ significa básicamente “alzar” o
“llevar”, y en este versículo, “llevarse la culpa, la iniquidad o la
transgresión”. En sentido figurado, Jehová levantó los pecados del
salmista y los retiró, lo que sin duda alivió el sentimiento de
culpabilidad que lo abrumaba (Salmo 32:3).
Nosotros también debemos tener confianza absoluta en el Dios que nos
quita los pecados si le imploramos perdón en virtud de la fe en el
sacrificio redentor de Jesús (Mateo 20:28).
Un comentarista indica que esta frase quiere decir “lo más lejos que sea
posible o que alcancemos a figurarnos”. Las palabras inspiradas del
salmista significan que cuando Jehová nos perdona, aparta los pecados a
la mayor distancia imaginable.
Con nuestros propios esfuerzos NUNCA PODREMOS ELIMINAR LA MANCHA DEL PECADO. Qué alivio saber que Dios está “listo para perdonar”! A pesar de las
faltas que hayamos cometido, nunca pensemos que no podemos recibir su
misericordia. Si nos arrepentimos de corazón, damos los pasos debidos
para corregir el mal e imploramos su perdón en virtud de la sangre
derramada de Jesús, podemos tener confianza absoluta en que él nos
absolverá (1 Juan 1:9).
Por tanto, imitemos su actitud perdonadora en nuestras relaciones con
el prójimo. Después de todo, si Jehová, que no peca, es tan magnánimo y
amoroso con nosotros, ¿no deberíamos nosotros, pecadores como somos,
procurar perdonarnos mutuamente?
¿Qué me enseña sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana
Enseñanza
Jehová recompensa a los que son leales.
Hay muchas maneras en las que podemos demostrarle a Jehová cuánto lo queremos
. Una de ellas es es aguantando fielmente a pesar de las dificultades
.Quizás los problemas sean graves, pero podemos estar seguros de que Dios conoce nuestros sufrimientos y nos dará fuerzas, pues somos muy valiosos para él (Sal. 56:8).
Además por ser leales nos dará muchas bendiciones, de hecho “Jehová mismo no retendrá nada que sea bueno de los que andan exentos de falta” (Salmo 84:11)
Salmo 84:11)
Enseñanza:
Debemos tener un corazón completo para Jehová.
Deberíamos querer, como David, que nuestro corazón fuera indiviso, completo, al hacer la voluntad de Dios. Por eso, si detectamos indicios de egoísmo en nuestro
corazón, o nos damos cuenta de otros aspectos en los que debemos mejorar, pidámosle a Jehová en oración como hizo David que nos instruya y que corrija nuestro modo de pensar y sentir, y entonces esforcémonos por hacer Su voluntad. (Sal. 86:11). Por ejemplo, podríamos cultivar algún aspecto del fruto del espíritu en que debamos mejorar.
Nuestra lectura diaria de La Biblia y el estudio diligente mediante las publicaciones nos ayudarán a lograr ese objetivo.
Un análisis de nuestras prioridades nos ayudará a comprobar el estado en que se encuentra nuestro corazón. Por eso es preciso mantenernos alertas para evitar que las cosas que hemos dejado atrás o las trampas del Diablo debiliten nuestra determinación de servir a Jehová con un corazón completo, pero además, al igual que hizo David, tenemos que pedir a Jehová con insistencia: “Unifica mi corazón” (Sal. 86:11).
Enseñanza:
Debemos valorar las reuniones cristiana. Son una provisión santa que no ha de tomarse a la ligera.
Las palabras del Salmo 84:10 nos revelan que el salmista valoraba un solo día en la casa de Jehová como un gran privilegio. Anhelaba estar en los patios de Dios, de
hecho le hacía cantar de gozo. ¿Sentimos el mismo gozo al alabar a Jehova en la congregación?, deberíamos, porque en las reuniones recibimos instrucción esencial y disfrutamos del compañerismo que necesitamos. También expresamos públicamente en ellas nuestra fe y esperanza al comentar regularmente y participar de otras maneras en el programa.
Nuestras reuniones son una provisión que debemos apreciar.(Salmo 84:2)
Mi alma ha anhelado, y también se ha consumido, en su vivo deseo por los patios de Jehová.
Mi propio corazón y mi mismísima carne claman gozosamente al Dios vivo.(Salmo 84:10)
Porque un día en tus patios es mejor que mil [en otro lugar]. He escogido estar de pie alumbral en la casa de mi Dios más bien que ir de acá para allá en las tiendas de la iniquidad
Enseñanza:
Como David, valoremos el gran privilegio de la oración. Jehová sin falta contestará nuestras oraciones sobre todo en momentos de angustia.
Sin falta, exprésale a Jehová tus sentimientos más recónditos. ‘Echa sobre él toda tu inquietud, porque él se interesa por tí’, escribió el apóstol Pedro (1Pedro 5:7).
De hecho, la Biblia contiene esta exhortación:
“No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de
gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios”. ¿Qué respuesta recibirán nuestros ruegos y peticiones? “La paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús.” (Fili. 4:6,7.)
Como vemos, aun si Jehová no elimina el problema, contesta nuestras oraciones protegiendo nuestra mente. Por eso, no es raro que, después de mencionarle lo que
nos preocupa, nos sintamos más tranquilos y comprendamos mejor los peligros de permitir que nos consuma la inquietud.(Salmo 86:7)
En el día de mi angustia ciertamente te invocaré, porque tú me responderás.
¿Qué ideas de la lectura bíblica de esta semana pueden servirme en
la predicación?
Idea: El amor profundo de corazón que le tenemos a Jehová, nos motivará a elogiar y glorificar su santo nombre.
David se esforzó por glorificar el nombre de Jehová. Jesús también con valentía lo hizo. ¿Cómo pueden los jóvenes cristianos ser valientes al igual que Jesús?
Por ejemplo, en su caso la escuela es un territorio excelente para que el joven glorifique el nombre de Jehová. No dudes en decir que eres testigo de Jehová, aunque algunos de tus
compañeros u otras personas se burlen de ti. Siéntete orgulloso de llevar el nombre de Jehová (lea Salmo 86:12).
Tal vez haya quienes te presionen para que creas que la evolución es un hecho probado. Pero tienes muy buenas razones para confiar en el relato bíblico de la creación. Puedes usar el folleto El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis para dar una buena explicación a los que quieren saber la “razón de [tu] esperanza” (1Ped. 3:15). Si lo haces, te sentirás feliz de haber defendido a tu Creador.